34 (Adolfo R. Gorosito, 2018) – Trabajo en una carpeta que he titulado “Encuentros callejeros”. Cuento en ella sobre mis encuentros con amigos s y vecinos. Comentamos sobre inquietudes comunes. Recientemente un mecánico amigo aludió a un artículo de esta misma columna titulado ¿QUÉ TAL CHE? ¿TODO BIEN?… y comentó así: – “Tenemos problemas de diverso calibre y no siempre encontramos la vía de solución más adecuada. Pero esa pregunta no tiene más valor que un saludo cordial, tal vez alentando el deseo de una respuesta en positivo. Si nos sentimos tristes deseamos sacudir la causa o encontrar alivio en el gesto solidario que el vecino o amigo nos adelanta con su saludo”. Poco después conversé con un carpintero que estaba en plena tarea entre escuadras, lápiz y escoplo. Sobre el mismo tema expuso su opinión: -“El torrente de noticias influye en nuestras preocupaciones, y hacemos propios los problemas ajenos y lejanos. La maravillosa tecnología nos facilita la información que permite enterarnos de lo que sucede en el mundo, peo a veces resulta contradictoria y cruel. Debemos distinguir entre los desastres naturales, los desafíos entre grandes potencias y otra atrocidades, que hacen más patética nuestra impotencia, porque nos envenenamos inútilmente y sin conocer consecuencias”. El arte de la fotografía y el archivo electrónico confirman la influencia de la información. Una serie de fotografías ilustra acontecimientos actuales y trascendentes, pero se comprobó que esas fotografías habían sido adecuadas a circunstancias diferentes, para acentuar el dramatismo o conferirle calidad de primicia al tema tratado. Es el lado oscuro y peligroso de quienes mezclan capacidad técnica con finalidad de éxito sin tener en cuenta la ética profesional.