28 (Adolfo R. Gorosito, 2018) –El lingüista, filósofo y activista estadounidense Noam Chamsky dijo cierta vez: – “Si asumes que no hay esperanzas, garantizas que no habrá. Si asumes que hay oportunidad para cambiar las cosas, puedes contribuir a hacer un mundo mejor. Esta es la alternativa”. En muchas ocasiones no prestamos atención a la mano tendida. Este es un breve cuento cheroki (grupos indígenas que ocupaban la región Sudeste del país del Norte) titulado “El hombre busca a Dios”: – “Un hombre susurró: – Dios… ¡habla conmigo! Un ruiseñor echó al aire su hermoso canto, pero el hombre no lo oyó, porque se encerraba en su preocupación. Entonces repitió: – Dios… ¡habla conmigo! Retumbó un trueno desde el cielo cercano anunciando la tormenta, pero el hombre no lo percibió, tan concentrado estaba en su pesadumbre. . Miró a su alrededor y dijo: – ¡Dios, déjame verte! Una estrella brilló en el cielo al retirarse la densa nube, pero el hombre no se dio cuenta del cambio. Entonces comenzó a gritar: – ¡Dios, muéstrame un milagro! Al instante nació un niño en su pueblo, pero el hombre no sintió nada diferente en su corazón. Desesperadamente gritó otra vez: – ¡Dios, tócame, déjame ver que estás conmigo! Una mariposa se posó en su hombro, pero simplemente la espantó. Siguió solo y sintió el mismo miedo que lo acompañaba desde lejos. No apreció las maravillas que brillaron en su camino: el ruiseñor y su gorjeo, el trueno despertando a la comarca, el niño que nacía y la mariposa que posó en su hombro”.