49 (Adolfo R. Gorosito, junio/julio 2024) – Recuerdo haber leído la novela “Sin novedad en el frente”, de Erich María Remarque (escritor alemán nacido en 1898, fallecido en Suiza en 1970. Se incorporó al ejército alemán, participando en la Primera Guerra Mundial. Describe en tal novela las atrocidades de la “guerra de trincheras”, caracterizada por la lucha a muerte contra el desconocido que intentaba matar para salvar su vida, sin conocer los motivos del colosal enfrentamiento. Erich Remarque sufrió graves heridas y fue retirado del frente de batalla. Pudo describir experiencias propias y ajenas, a tal punto de convertirse en fervoroso pacifista, contrario a la sinrazón de la guerra y del chauvinismo. Jamás olvidé aquella novela, y es sólido basamento para sostener mi devoción por la paz entre individuos y entre naciones, y el rechazo instintivo hacia discusiones de palacio que pretenden justificar derechos y conveniencias, y que sin medir consecuencias incuban decisiones extremas para proclamar soberanías. En la macabra lista de conflictos bélicos que a la vez engrosan listas de muertes, éxodos y otras calamidades aparecen Rusia, Ucrania, Israel, Palestina, Irán, Bukena Faso, Somalía Sudán, Myamar, Argelia, Siria, Congo, Afganistán, y entre otras potencias aparentemente contemplativas están China, y Estados Unidos, junto a otros países potenciales dínamos armamentistas. En este punto está la razón de mi tristeza ante una reciente información bajo este título: “¡SE ESTÁN DESAROLLANDO 58 CONFLICTOS BÉLICOS EN EL MUNDO!”