106 (Adolfo R, Gorosito, agosto 2024) – En pleno agosto ningún argentino puede permanecer indiferente a toda intención de homenaje al General José de San Martín, uno de los patriotas que influyeron en la proclamación de la Independencia Nacional, Libertador de Argentina, Chile y Perú, en la decisiva rebelión contra el poder extranjero. Acabo de leer un trabajo _de investigación del historiador Felipe Pigna, explicó que Bernardino Rivadavia (presidente de la flamante nación en 1820) pretendió desacreditar a don José de San Martín, lo persiguió hasta en su etapa de voluntario ostracismo. Como demostración indiscutible de su rivalidad política y despreciable rencor, Rivadavia procedió a disolver el Cuerpo de Granaderos a Caballo creado por san Martin ocho años antes. Resulta triste pero al mismo tiempo desafiante saber que el egoísmo y los intereses políticos se barajaban ya en la raíz histórica de nuestra amada patria. Como ponderada compensación de una partícula del recuerdo, en el mismo reporte de Felipa Pigna se recuerda que Bernardino Rivadavia fue traidor a la patria por varias de sus decisiones, entre ellas las que envuelven clara devoción y sumisión al poder británico de aquel tiempo. Carlos María Alvear (militar político y diplomático) fue autor de una falsa autobiografía cuya autoría atribuyo al Libertador.. Su imborrable infamia recibe de la posteridad el alivio de monumentos y otras citas laudatorias, pero sus sórdidas intenciones no pudieron manchar la trayectoria del Libertador, máximo prócer de la Patria.