36 (Adolfo R. Gorosito, noviembre 2018) – En el reciente 11 de noviembre se cumplieron cien años desde el fin de la Primera Guerra Mundial, que arrasó con centenares de ciudades europeas, provocó millones de muertos y la ruina económica de varios países. Fue la ejecución de un proceso de violencia sin medida entre la denominada Triple Alianza (Potencias Centrales) y el Imperio Alemán con Austria y Hungría. Es uno de los temas más estudiados y comentados en la historia, que suele sacudirse entre proclamas y desafíos como lo han demostrado otros conflictos internacionales, antes y después de esa Guerra de comienzos de siglo XX. Erich María Remarque (novelista alemán, 1898/1970) escribió “Sin novedad en el frente”, uno de los libros más leídos en el mundo, dio lugar a dos, películas. Su temática fue combatida por el nazismo. Adjudica el protagonismo a su personaje Paul Baumer, quien junto a su grupo de amigos de 18 y 20 años de edad, se ofrecieron como voluntarios en el ejército alemán, asumiendo esa decisión como aventura romántica, pletórica de emociones y perspectivas de gloria. Esos amigos siguieron unidos desde sus ideales, y rápidamente interpretaron la dureza de esa oscura realidad. La guerra se prolongó demasiado, atroz y siniestra, provocando la muerte de millones de combatientes, más todas las víctimas civiles que poco o nada tenían que ver con el conflicto. El grupo de amigos románticos y valientes se había desintegrado bajo los atentados de uno y otro lado de las trincheras, por las granadas y metrallas o en luchas cuerpo a cuerpo. Finalmente – por amarga ironía del destino fue el día antes de la proclamación del final de la guerra – el mismo Paul Baumer cayó herido de muerte. El informe oficial sobre el último capítulo destacó que era un día relativamente calmo, y como cruel sarcasmo culminó con esta frase:” Sin novedad en el frente”…