35 (Adolfo R. Gorosito) – El gran portón 2018 se cierra a nuestras espaldas, y se abre al frente el umbral 2019. Así estamos en esta semana, frente a la incógnita. Después del imaginario portón nos enfrentamos a un muro de estadísticas y datos desconcertantes: inflación, insuficiencia en el control de corrimiento de precios en la cadena comercial, fluctuación del dólar, desgaste vertiginoso del peso, recesión, deficiencia de estímulos para los factores de producción, deuda externa, riesgo país, demora histórica de inversiones del empresariado externo, anuncio de Clarín, (23/12/18) de incrementos en las tarifas de agua, luz, gas y transportes en el primer semestre del año nuevo, transferencia de 86.000 millones de pesos desde ANSÉS para pagar intereses de la deuda externa, pero se repite como lema oficial: “la situación es difícil pero estamos en el camino correcto”. Se ha avanzado bastante en cuanto a seguridad, pero se informa menos sobre lo que se estaría haciendo para conocer los verdaderos resortes de la delincuencia en cuanto a su poder de amenaza y criminalidad, por los avances de un frente inusitado del narcotráfico. Una señora que se refería a un asalto estilo “piraña” en plena calle exclamó ante el periodista: “¡Estamos desprotegidos!”… Tiene razón, pero haría falta que un agente de seguridad estuviese todo el tiempo junto a cada ciudadano, que es humanamente e institucionalmente imposible. Una vía de solución sería estudiar las causas del aumento en número y peligrosidad de los delincuentes, y mayor contundencia legal para eliminar las famosas “puertas giratorias”, término rigurosamente de moda. Pese a todo unamos voluntades y buenos propósitos, para repetir nuestro saludo de la semana anterior: – ¡FELIZ AÑO NUEVO Y QUE DIOS NOS ACOMPAÑE!