0 Paola y Jorge recuperaron un histórico almacén del partido de Saladillo: Lo de Tenca, un rincón turístico con alma antigua y sabor de pueblo, que conserva la esencia de la vieja pulpería y ofrece una propuesta gastronómica rural con comidas típicas, picadas, asados, empanadas y postres caseros. El proyecto nació del deseo de rescatar un espacio que había cerrado tras la muerte de su antiguo dueño, Orlando Tenca, y que supo ser durante décadas punto de encuentro del pueblo llamado Cazón, ubicado a 15 km. del partido de Saladillo y a 180 km. de Capital Federal. “Sabemos que nada está perdido y que con pasión se puede; sobre todo, que las historias existen para que las tradiciones no se pierdan”, expresaron los actuales dueños Paola Del Valle y Jorge Lecuima. Así fue, que el 18 de julio comenzó a funcionar este proyecto que nació desde cero con el objetivo de mantener viva la historia del lugar y recibir a los turistas. Este boliche había cerrado y ellos decidieron rescatarlo, para devolverle su protagonismo en la vida del pueblo. Si bien no son oriundos de Saladillo, hace muchos años que eligieron este lugar para vivir. Primero en el campo y luego en el pueblo. Hace años conocieron el antiguo bar de Orlando Tenca, donde solían parar de paso, aunque siempre les llamaba la atención que fuera un espacio frecuentado casi exclusivamente por hombres. Apasionados por el turismo rural, tiempo atrás hablaron con Eva, la dueña del lugar, y al enterarse de que el boliche estaba cerrado desde el fallecimiento de Orlando, decidieron darle una nueva vida. “En un mes teníamos las puertas abiertas; renuncié a mi trabajo y este proyecto nos llenó de vida, nos devolvió la fe de que se puede”, cuenta Paola. “Nos gusta mucho vivir en Cazón, es un lugar tranquilo donde podemos ser nosotros mismos, vivimos con la casa abierta y en paz. Apostar a este proyecto nos abrió muchas puertas y los vecinos están muy contentos”, aseguran. Cada rincón transmite el paso del tiempo: los manteles a cuadros, los sombreros colgados y los objetos antiguos donados por los vecinos, junto con la calidez de sus dueños, crean un ambiente familiar, ideal para salir de la rutina y disfrutar de un auténtico día de campo. “Siempre nos atrajo el turismo rural y este bar tenía una historia que merecía seguir viva. Hicimos magia y lo adaptamos para que sea un espacio familiar, no solo un bar de copas. La respuesta de los vecinos fue maravillosa y sentimos que volvimos a creer que se puede”, contó Paola. Actualmente, Lo de Tenca abre sábados, domingos y feriados al mediodía, con capacidad limitada, pero con planes de extender horarios en los días lindos para aprovechar el atardecer privilegiado de Cazón. Con esta reapertura, el pueblo recupera no solo un lugar histórico sino también un punto de encuentro para turistas y locales. “Apostamos al lugar, al pueblo y a la gente de acá. Todo lo que necesitábamos lo conseguimos en Cazón, desde la mano de obra hasta los objetos que forman parte de la decoración. Queremos mantener viva la historia de este lugar y de su bar de 1958”, dijeron sus dueños. Lo de Tenca invita a locales y turistas a revivir recuerdos, disfrutar sabores tradicionales y descubrir la tranquilidad de Cazón, un destino cada vez más elegido por quienes buscan naturaleza, historia y hospitalidad genuina. Además, en este encantador pueblo se pueden realizar visitas al vivero más grande de la provincia de Buenos Aires, hacer avistaje de aves y disfrutar de múltiples actividades al aire libre que completan la experiencia.