38 (Adolfo R. Gorosito, junio 2017) – Creo que una buena forma de adherir al “Día del Periodista” (7 de junio) es escribir. En eso estoy, precisamente, y la tarea me reconforta. Hoy comentaré sobre un tema que a todos nos concierne, aunque poco podamos hacer para cambiar el rumbo de los acontecimientos. Acabo de leer un comentario sobre el “alocado” avance de la Humanidad. Ha llegado ya a un nivel de contrastes que escapan a las posibilidades de control. Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, se refiere a una obra reciente del historiador israelí Dr. Yaval Noah Harart, y la califica como “gran narrativa de la historia de la Humanidad”. El Dr. Harart expone en sus artículos, conferencias y sobre todo en su libro “Sapiens, de animales a dioses” sobre la extraordinaria evolución de la especie humana. Formula grandes interrogantes a la luz de los hechos. Por ejemplo se refiere al ritmo de descubrimientos que se dan en los campos de la Robótica y d la Biogenética. Sobre la fantástica evolución tecnológica destaca que la era de los robots se ha iniciado hace varios años, y nada hace prever sus límites. Pero comprobamos diariamente que cada avance de la tecnología reemplaza al hombre como mano de obra útil, y este proceso – señala el historiador – es irreversible. Por tal motivo las creaciones mecánicas alterarán los planes de progreso ¡Y ya está en plena marcha ese proceso!) mientras las grandes masas de seres humanos que no alcanzan aquellos niveles de excelencia técnica o científica vagarán en el ambiente enrarecido del desconcierto… ¡hasta su inevitable final! ¡La computadora ha superado a grandes genios contemporáneos en juegos, pruebas y cotejos! Se diseñan y fabrican “robots” que efectúan todos los trabajos que hasta ahora estuvieron al alcance del hombre. Hasta la producción de alimentos será posible en esa “alocada carrera”, y quienes no tengan acceso a la adecuada preparación superior ya no tendrán lugar en la confrontación por la supervivencia. No sé si todo esto responde a los designios de la Creación, ni si el Hombre está haciendo uso correcto de su posibilidad de conocimiento y de su albedrío. No sé si este avance cada día más desenfrenado está señalando una forma de exterminio total, o quizás sea un resurgimiento de la especie humana con características que ni imaginamos. Me limito a reflejar pensamientos íntimos ante las afirmaciones del historiador israelí Yuval Harart, que me han dejado anonadado.