18 En relación al reemplazo total de los billetes de $ 5.- proyectado para este año y el de los billetes de $ 10.-, sin fecha de aplicación pero con las monedas ya confeccionadas, nos permitimos expresar algún comentario al respecto. Está claro que dicho cambio continua siendo necesario en determinados comercios, mientras que en otros, por los valores de sus transacciones, ya no se utiliza. El reemplazo de billetes por monedas, resulta muy dificultoso y de alguna manera imposible de realizar en forma exitosa. Experiencias anteriores asi lo confirman. Las monedas nunca llegan a estar disponibles y el reemplazo significa la desaparición directa de esa denominación, con el consiguiente redondeo de precios. El primer obstáculo se origina en la dificultad para disponer de las monedas por parte de los consumidores. No resulta práctica la portación de monedas y esto varía de acuerdo a las costumbres, ocupación, movilidad y demás circunstancias relacionadas con el tránsito y el consumo de las personas. La otra circunstancia, más allá de la cantidad de monedas que la autoridad monetaria disponga, consiste en la distribución de las mismas. Transportar monedas hacia las entidades bancarias, significa movilizar mayor volumen y peso. El costo del transporte es elevado, más aún si se tiene en cuenta la baja denominación de las mismas. Por lo tanto, a mayor distancia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, disminuyen las posibilidades de que las monedas lleguen en cantidades adecuadas. Sin ánimo de extendernos en la cuestión, consideramos conveniente preservar la vigencia de los billetes de $ 5.- y $ 10.- hasta la extinción de su valor. Hay suficiente cantidad de los mismos en condiciones de uso y no es necesaria la emisión de nuevos billetes para mantenerlos en circulación. No podemos obviar que la utilización de los medios de pago electrónicos es parte de la solución. Si bien su uso es cada vez más aceptado, la conectividad no es la misma para todo el país. En algunas regiones su funcionamiento es limitado. Asimismo, las personas físicas portan sus dispositivos personales y las tarjetas magnéticas en condiciones precarias y circunstanciales. Todos estamos expuestos a la sustracción, por métodos mas o menos violentos, de nuestro teléfono, documentos, tarjetas y por supuesto del efectivo disponible. En esas circunstancias, lo menos difícil de reemplazar sería el efectivo. Larga vida a los billetes de $ 5.- y $ 10.- Liga de Comercio e Industria de Adolfo Gonzales Chaves, Enero de 2020
