66 Ya llego otro 26, dos meses del accidente ¿como olvidar ese día?, ¡se marco tanto en mi vida….! Como las iniciales de mis tres hijos tatuadas en la piel. Como siempre dije mi vida y mi alma esta dividida en tres partes, hoy una de ellas esta desgarrada, sangra por la herida. Dicen que el tiempo cura y sana pero todavía no me despierto de esta pesadilla. Cada minuto que pasa lo vivo como aquel día. Y como olvidarlo si dentro de ese hospital estaba mi hijo con su pierna amputada, con dos operaciones por venir y luchando por su vida…Dicen que el tiempo cura, sana…es mentira. Con el tiempo mi hijo podra dar sus primeros pasos, podrá dejar esa silla de rueda, podrá, con el tiempo, hacer aquellas cosas que siempre hizo y aún le quedan pendientes. Somos nosotros lo que tenemos que aprender a llevar lo que nos pasa con el tiempo y por eso empiezan los recuerdos. La llegada al hospital de dos niñas que lo asistieron en el accidente, ellas querían verlo -se lo pidieron a su madre-, algo les había quedado pendiente: era verlo, saber como estaba, aunque el siempre decía, “de la cara de la chica nunca me voy a olvidar” y cuando entraron a terapia la reconoció en el momento. Ahí estaba su madre acompañándolas y con un rosario en la mano que dejaron a Diego. Pude abrazarlas y decirles gracias. Se fueron tranquilas y con su conciencia, ya habían hecho lo que ellas consideraban tal vez seguro, era lo que les enseñaron, lo que aprendieron de sus padres…; pero todo esto tiene un nombre y apellido, es Hernan Elias: no se quien sos, pero se que fuiste el que lo lastimo y le produjo este gran dolor a mi hijo. ¡Borracho! no tenes valores, dignidad ni respeto por los demás, ni siquiera sangre corren por tus venas, ni siquiera tus padres que no supieron darte mas que lo material. En mi diccionario no existe la palabra lástima por eso, lo único que puedo sentir por ustedes es pena. Jugas con la ley a tu favor, estas gozando de libertad tal vez esperando que tus padres te compren un auto nuevo o tal vez ya te lo compraron y pongo en duda si te sacaron tu licencia. Tenes tan poca sangre que no alcanzo ni siquiera para saber si habías consumido alguna sustancia y; detrás de esto tenes los derechos humanos, también a tu favor; los que tienen los delincuentes asesinos y todo aquel que produce cosas como vos, lo que no los tienen, son las victimas de ustedes. Mi hijo ya pasó a ser un número de expediente y si algo tengo en claro, hoy es que escribo desde la impotencia. Impotencia de sentir el sufrimiento de mi hijo por las noches, impotencia de no poder darle una respuesta a sus preguntas…, pero no me voy a cansar de gritar que sos el responsable -Hernan Elias-, y que tu conciencia es la que no se compra, no tiene ley que la ampare y la llevaras toda tu vida; porque nadie mas que yo te desea la vida eterna, igual que a tus padres, porque eso se paga aquí en la tierra. Me quedo con las palabras de aquellas madres que en los pasillos del hospital abrazándome dicen: “da gracias a Dios, lo tenes vivo, yo no lo tengo”. ¡Y claro que doy gracias a Dios! y las doy todas las mañana cuando me pongo en pie para acompañar la lucha de mis hijos. Algo más que recuerdo de una madre, “Dios en un momento nos iguala a todos”. Gracias a todas aquellas personas que día a día nos siguen acompañando en nuestra lucha. Elsa Acosta de Lobos DNI 17.043.643