46 (Adolfo R. Gorosito, enero 2020) – Pongo a vuestra consideración un texto que despertó mi interés. La verborragia es una exageración, molesta y hasta perjudicial. Comienza con una cita referida a Domingo Faustino Sarmiento: “Bárbaros, las ideas no se matan”. ¡Qué gran verdad! Por intentar imponer nuestras ideas solemos librar batallas verbales. También es exagerado enarbolar la espada para matar lo que más eleva al humano: la idea. Podemos exponer las nuestras ideas sin ego exagerado, signo de auto defensa. Resulta enriquecedor compartir las ideas del semejante sin partícula de amenaza. Sólo así la humanidad puede evolucionar. Todos estamos dotados de facetas brillantes. Algunas brillan más y otras menos pero suelen estar tapadas por años de creencias obsoletas. Podemos sacudir el polvo acumulado sobre esas creencias, si damos oportunidad para que otro con su luz ayude a lograr la claridad esperada. Pero no debe ser interpretado como una competencia. Las ideas más arraigadas tienen que ver con los conceptos que absorbimos en nuestra historia personal. Se dice que la Humanidad mata más por fanatismo religioso que por dinero. Ser religioso no siempre implica ser espiritual, y ser espiritual no implica ser religioso. Solemos ponernos en guardia, cuando creemos que la idea del prójimo puede poner en peligro el sentido de seguridad que proviene de fuentes religiosas, niveles de autoridad y poder, figuras paternas dominantes, etcétera. Pero desde lo profundo de nuestra personalidad podemos interpretar que el diálogo no es sinónimo de discusión, que debe sofocar la “sobre estimación” personal.