(Adolfo R. Gorosito, marzo 2025) – Los contrastes no siempre son nocivos, y pueden ser útiles a nivel de comparaciones que buscan la aplicación más oportuna para definiciones positivas.. Pero deseo referirme aquí a hechos recientes ocurridos en Bahía Blanca y cercanías que permiten ratificar. Y exhibir cualidades y vicios de seres humanos tal vez equivocados en la elaboración de sus destinos.
Las lluvias torrenciales y anegamientos crearon necesidades de auxilio y de menesteres para subsistir, y afortunadamente la palabra “solidaridad” surgió espontáneamente y se multiplicó momento a momento en los medios de comunicación, flameando como bandera de ponderación y de esperanza. Es la cara brillante de una moneda que permite a millones de personas honrar la vida propia y de sus semejantes.
Mientras ocurría esto en Bahía y Alrededores, invitando a tender la mano generosa, acciones cargadas de odio y revanchismo ocurrieron en Capital Federal, exponiendo solapadas intenciones políticas, pero dejando el oprobioso saldo de violencia física y destrucción, como otros hechos similares que mancharon páginas de la historia nuestra.
Los contrastes ofrecen la oportunidad de optar entre luces y sombras en circunstancias de conflicto. Pedimos a Dios Nuestro Señor, coincidiendo con Semana Santa, que triunfe la sensatez entre argentinos, y no tengamos que avergonzarnos de nuestra personal opción.