48 (Adolfo R. Gorosito, 2020) – El breve texto que transcribiré no me pertenece. Lo leí en alguna parte hace varios años y lo he acopiado porque con seguridad enriquece mi archivo y constituye – en mi opinión – un cofre de verdades. Como usted comprobará, estimado lector, el título que encabeza este texto invita a reflexionar:: ”Cosas que debemos agradecer”: – “Debo agradecer aquellas cosas que nunca pedí… pero están a mi alrededor con idioma propio y universal: aromas, sonidos y colores; la obra del hombre y el poder de Dios; el equilibrio justo de los cinco sentidos; la armonía natural de los cuatro elementos; el prodigio de los colores; la textura de la Vida; el monte, el árbol y yo; el perfume de la noche; la luz sobre el olvido; la música del atardecer; los mensajes ocultos; el llanto de la niebla; la sangre de la tierra; los espíritus del cielo; los contrastes, el hermoso amanecer”. No podemos ubicar en esta lista seguramente incompleta los sinsabores que el diario vivir nos proporciona, pero sí podemos superar con tino y esfuerzo. Si usted deduce que los problemas de salud son mayores y determinantes, estamos de acuerdo. En muchas ocasiones la posible solución no está a nuestro alcance. Pero tofo lo que nos rodea, lo bueno que la vida común nos puede deparar, son motivos suficientes para agradecer a Dios, cualquiera sea el credo que se profese, cualquiera sea el motivo de devoción que nutrimos desde el alma. Vuelvo a una trillada frase que siempre me ha seducido: “Esta mañana abrí la ventana de mi cuarto… y ví que el día me estaba esperando”. Ese primer regalo del día nos ofrece la oportunidad de ser agradecidos.