Ayer, en el Autódromo Ezequiel Crisol, Esteban Irigoyen vivió una jornada inolvidable en los 201 metros, logrando lo que muchos sueñan: bajar los 10 segundos. Con un tiempo de 9.91 segundos y 17 de retardo, el neto dio 9.74 segundos, marcando un rendimiento espectacular.
Pero no solo fue en la pista donde se destacó el auto. Esteban lo manejó ida y vuelta, recorriendo más de 500 kilómetros sin un solo problema. Impecable en todo sentido.
“Estoy más que contento con cómo se comportó el auto, y eternamente agradecido a mis amigos y a mi familia, que siempre están ahí apoyándome en todo”, comentó con emoción.
Un día redondo, de esos que se recuerdan para siempre.