37 (Adolfo R. Gorosito, 2017) – Es difícil escribir cada año algo que pretendemos novedoso, para adherir a la celebración de otro aniversario de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Sin embargo sumo mi responsabilidad como simple ciudadano. También para confirmar mi convicción – afortunadamente compartida por muchos argentinos – en cuanto a la decisión de los patriotas de entonces (1816): confirmar lo propuesto en 1810 y sentar las bases de una organización geográfica, política y administrativa, con voluntad autónoma. Resulta fácil imaginar el Congreso histórico al paso de tanto tiempo de reiteraciones y de cambios, procurar detalles de la convocatoria y de la respuesta al convite, cuando aún no se había logrado consenso total y se prolongaban situaciones que provocaban odios, presintiendo que la guerra contra la potencia exterior dominante habría de ser larga, dolorosa, imprevisible en sus consecuencias. ”La patria se hizo a caballo” ¡Sí, a caballo, en galera o en algún otro tipo de vehículo tracción a sangre! Así llegaron a San Miguel de Tucumán los representantes de provincias, aunque no de todas, y así se dispuso la difusión de la proclama independencista. Recordemos la figura y difícil misión del legendario “chasqui”, convertidos en centauros gauchos… o gauchos centauros de la gran odisea. Han transcurrido dos siglos y un año. Seguimos buscando en el horizonte social el arquetipo argentino, y son pocos los lemas que nos pueden convencer. Podemos formular una pregunta que aparece como simplista: ¿Hay tantas fórmulas posibles para cimentar a nuestro amado país con conceptos claros y sin mezquindades? ¿No es posible resumir en el concepto de honestidad cualquier otro propósito rector? Otros enemigos se yerguen en el presente y en el futuro inmediato, desafiando el propósito de patria unida e independiente: la intolerancia, amagos de anarquismo, violencia sin fin, el narcotráfico y sus terribles consecuencias, entre otros flagelos. Nadie crea que pretendo alguna moraleja moralista. Simplemente expreso mi desconcierto ante el enfrentamiento eterno, mientras otras resacas atentan contra lo más entrañable de nuestro ser nacional ¡Que el concepto Independencia no se quede en mera referencia, sino que signifique mucho más para nosotros y para las generaciones venideras!