33 (Adolfo R. Gorosito, 2019) – En varias oportunidades nos hemos referido desde esta columna a las consecuencias de los cambios que en muchos casos la industrializaciĂłn provoca en detrimento de la naturaleza, y a la lucha de los defensores del ambiente contra la poluciĂłn ambiental. En este amplio tema al que no todos prestan suficiente atenciĂłn, detalles que parecen mĂnimos influyen negativamente. Cuando por los medios de comunicaciĂłn podemos observar la magnitud de basurales en las grandes ciudades, y las deficiencias de los programas oficiales o privados para superar el mega-problema, desde nuestro limitado enfoque popular nos preguntamos si las generaciones inmediatas habrán de enfrentarse al problema que puede conducir a niveles letales. Extraigo un párrafo de texto escrito en 1982 por Peter Rusell. Lo podrĂamos “La naturaleza y nosotros en los recientes 200 años”: – “Durante los Ăşltimos 200 años, las sociedades más avanzadas cientĂfica y tecnolĂłgicamente violentaron sin remordimientos el Orden Natural mediante la implantaciĂłn desmedida de establecimientos industriales, emporios quĂmicos y maquinarias emisoras de gases tĂłxicos formando una tecnosfera expandida destructivamente a expensas de la biosfera y la atmĂłsfera. Se expandieron ciudades y asfalto, desaparecieron miles de hectáreas de bosques vĂrgenes y llanuras aptas para el cultivo. Efluentes nocivos de gran potencia fueron desagotados sin lĂmite en rĂos y mares. Compuestos sintĂ©ticos peligrosos se incorporaron al mundo vegetal. MetrĂłpolis y megalĂłpolis crecieron y demandan más y más energĂa elĂ©ctrica, combustibles derivados del petrĂłleo y agua potable, emitiendo al mismo tiempo gigantescas masas de desechos perniciosos, efluentes cloacales, poluciĂłn tĂ©rmica y perturbaciĂłn psĂquica”. Contacto: argorosito@eternet.cc