37 Como no puede ser de otra manera, primero está el acompañamiento, para seguir unida a la distancia a todas aquellas madres y familiares que hoy necesitan el apoyo de todos. (Las Fuerzas Armadas) Es una fuerza dentro de las más importantes de nuestro país. Para algunos sería su primer viaje, para otros, uno de los tantos en su vida. Antes se estudia y se estrenan. Un submarinista tiene un entrenamiento de supervivencia especial pero sobre todo hacen un juramento, como en todas las fuerzas, juran defender la Patria dando su vida. Hoy seguimos apostando a la tecnología con la ayuda de otros países, gracias a ese gesto, no se pierde esa mínima esperanza de que estén con vida porque sobre toda las cosas, son 44 seres humanos. Sigamos rezando… Sigamos siendo solidarios y sobre todo sigamos ayudando para que se sepa la verdad. Para dar una respuesta a todas esas familias que hoy están muy confundidas con tantas palabras; hasta muchas veces inentendibles. Solamente vemos la cara de un vocero, por su rostro y gestos sabemos que no le dejan decir la verdad; pero no es el responsable, tiene que haber un final. El submarino tiene que aparecer pero también quien es el culpable. Que por primera vez alguien se haga cargo y responsable de los hechos. ¡Cuánto nos ayudaría a cambiar como sociedad…! Aprender, hacernos cargo, cada uno, de nuestros errores. Hay una línea casi invisible entre el héroe y guerrero, en esta me incluyo, entre madres que tienen hijos guerreros como Diego y miles que nos siguen enseñando cada día que se puede, que no existen obstáculos, ni nada que no se pueda alcanzar porque la pelean es día a día, la vida la enfrentan, la desafían y con su lucha cada uno tiene su historia y es la que sirve para ayudar a otros, que podrán pasar por distintas circunstancias. No triunfa quien no tuvo momentos difíciles, triunfa el que paso por ellos, lucho y venció; vale la pena cuando Dios te da una nueva oportunidad. ¡Son la cara de una misma moneda!, el amor y dolor. Nacer para servir, honrar la Patria. Nosotras tenemos nuestros hijos vivos, es por eso que cuando escribo, siento que puedo ser irrespetuosa, ante la mezcla del dolor, la espera y la esperanza de un regreso. También acompañó en el dolor a aquellas madres donde sus hijos partieron por distintas circunstancias…, si fue el destino…, la desgracia o no sé cómo llamarla, son esas circunstancias las que te cambian el eje de la ley de la vida, cuando ya no hay explicación. Espero que no tenga que intervenir la Justicia sería lo más triste que nos puede pasar, creo que es ahí donde caeremos en un pozo sin salida. Quiero aclarar que en esta carta No hay espacio para nombres y apellidos, aquellos que no tienen historia. Hijo, la Justicia de Dios es tu Justicia y tu Ley, la Verdad. Y la verdad es el tiempo. Deja que la Justicia de Dios actué, es extensa, divina, infinita y existe…dale tiempo. Hasta la próxima carta. Elsa Acosta de Lobos DNI 17.043.643