(Adolfo R. Gorosito, junio 2021) – Asumo la responsabilidad de escribir brevemente sobre Manuel Belgrano, uno de los más destacaos ciudadanos de la patria en formación, a quien algunos de sus contemporáneos no supieron o no quisieron respetar ni concederle lugar privilegiado alguno, en mala y hasta maligna actitud.
Nació en Buenos Aires y estudió en España, donde obtuvo su título de abogado tras brillante carrera universitaria. Flamante profesional se incorporó en Buenos Aires al ámbito libertario que se estaba tejiendo, aportó sus conocimientos e impronta intelectual sin retaceos, y creó la bandera celeste y blanca, nuestra enseña patria.
Hombre de letras con criterio personal ampliamente demostrado Manuel Belgrano se convirtió en jefe militar para defender la patria en gestación. Su performance mereció el abrazo fraterno del General José de San Martín.
Generoso sin límites adornó tal virtud con gestos de formidable valor moral,, demostrado con la creación de escuelas con sus recursos personales. Retornó a Buenos Aires cuando las enfermedades que lo acosaban le impidieron seguir su lucha personal, y murió en soledad, absolutamente pobre, dedicando a nuestro suelo su frase postrera. Era el 20 de junio de 1820. En su honor celebramos el “Día de la Bandera Nacional”.