41 Un golpe de la vida, y cuesta asimilarlo, un dolor que me hiela la sangre. Como podía pensar que el “Negro” se iba a despedir, con todos los sueños y las ilusiones que siempre lo acompañaban. Un luchador, optimista y apasionado, con la garra de los van al frente. Parece que viniera desde el fondo del tiempo, viajando en las polvaredas de los caminos. Edgardo Villarruel, “El Negro”, el querido Villa se fue a relatar al cielo. A contar todas las historias, sus anécdotas que vivió y disfrutó en la ruta y en los circuitos. En las pistas, en rutas abiertas, o en los semipermanentes y autódromos. Con sangre nueva, con medios nuevos, pero con la pasión de siempre. Con amor de pueblo y el afecto de la gente. El Negro, egresado de una escuela histórica, aquella que formó en Necochea, el maestro “Tino” D´Annunzio, el emblemático equipo Acelerando, un bastión de LU 13 para toda la provincia, que albergaba amigos y periodistas que disfrutaban el amor por los autos en las épocas románticas y de emociones. Los recuerdos en las oficinas de la calle 56, con el “Flaco Volpi, “Pitito” Peralta, Luis Varela, Horacio Messi, Carlitos Llanos, Adolfo Garcia, y el Negro Gonzalez Navarro entre otros. “Villa” le daba vida al móvil que recorría una vasta región de la provincia, llegando a muchos pueblos y ciudades para darle vida al cautivante automovilismo zonal, uno de los desafíos de D´ Annunzio y acompañar a los carreteros. Las Noches de Gala de los años 80, los sábados hasta la medianoche, en la previa de las carreras del TC en ruta, acompañando a los pilotos de la región. Cuantos recuerdos “Negro”, me cuesta enhebrar las cosas lindas que compartimos en Lobería, en el Club Jorge Newbery, en los circuitos, donde siempre reflejabas el amor por tus hijos y la alegría por el crecimiento de tu legado. El destino te hizo desembarcar en Mar del Plata, otra época, pero continuando en el mundo que te apasionaba, el paso por Autorama, formaste Seguimos Acelerando en FM, con todo el zonal, el ruido, el madrugar en los circuitos, el humo del asado, el mate y la charla. Las noche de taller y los sueños. Una profesión que te dio muchas alegrías, conociste gente y lograste hacer amigos en distintos puntos del país. Te recordaremos “Negro”, con tu sonrisa afable, tu humildad y simpleza. Tu paso tranquilo y siempre dispuesto. Me cuesta asumir este momento de la vida, y tu partida a los pagos del silencio. Luis Orlando Sánchez vertigomotorsport.com