43 (Adolfo R. Gorosito, Enero 2017) – Las tradicionales fiestas de Navidad y Año Nuevo son propicias para la reunión familiar, intercambiar saludos y buenos deseos, para orar individual o grupalmente pidiendo lo mejor para los seres queridos, la comunidad y el país. Es oportuno reunir algunos de los motivos de oración que nos permitan vislumbrar un futuro de mayores posibilidades de bienestar y convivencia: > Que todos cumplamos las ordenanzas y disposiciones que propenden al ordenamiento y seguridad en nuestra localidad y su distrito. Pero que no se incurra en arbitrariedades ni privilegios sin fundamento. > Que tengamos la posibilidad de conocer a quienes delinquen, y no alimentemos erróneas sospechas. Que logremos mayor seguridad en un medio relativamente seguro como el nuestro. Que tras cada procedimiento o delito aclarado conozcamos a los responsables. > Que unamos criterios y contribuyamos a la defensa de los espacios públicos, frente a los depredadores de turno. Que plazas y plazoletas sean lugares que garanticen la inclusión social, pero reclamando respeto y la preservación que esos lugares merecen. > Que nuestros comerciantes se mantengan “al día” en cuanto a competencia, pero que no inventen su programa inflacionario. Que defiendan sus intereses pero al mismo tiempo que defiendan los intereses de su comunidad, frente a los monstruos de la inevitable intermediación. > Que los funcionarios defiendan sus jerarquías, cada uno en su ámbito, pero sin olvidar su condición de compañeros de ruta en la búsqueda de ser mejores cada día, Que cada vecino considere al funcionario como su legítimo representante, defensor de los derechos del vecindario, sin exclusiones. > Que Adolfo Gonzales Chaves recupere la fe en su comunidad y posibilidades de progreso. Sobre todo el sentido de unidad de criterios, superando antagonismos fútiles o sectoriales. No nos quedemos en la comparación con localidades vecinas que están muy bien, sino busquemos caminos de superación. > Agregue el lector las “intenciones de oración” que considere justas y oportunas. Por mi parte… finalizó con el clásico “Amén”.