39 (Adolfo R. Gorosito, abril 2020) – Entre las trágicas consecuencias que provoca el Coronavirus afloran sentimientos humanos que no se manifiestan en lo cotidiano debido a la falta de tiempo o a la celeridad que impone el dinamismo actual. Recientemente dos médicos (uno judío, el otro musulmán) rezaron de acuerdo a sus respectivos credos después de atender a una enferma. Coincidieron en conceptos sobre esta actitud piadosa, manifestando: “El hecho de que sea tan simple lo hace más significativo. Nosotros y la mayoría de la humanidad debemos entender que es necesario mirar al frente, unir voluntades y rezar”. En redes sociales se difundió un mensaje emitido por un argentino, camionero de profesión, mientras viajaba hacia Córdoba: – “Tengo tiempo. El viaje es largo y escucho música. Pero deseo aprovechar este tiempo para echar al aire mis pensamientos. Co la pandemia que nos azota Dios nos invita a desacelerar, a bajar un cambio en el viaje de nuestras vidas. No salir de nuestras casas sino por lo imprescindible nos otorga tiempo para estar con nuestros queridos, realizar tareas que hemos dejado para otro momento, y sobre todo para reflexionar. Tenemos tiempo para agradecer a quienes trabajan heroicamente por la prevención y atención a los afectados; a los transportistas; a los camioneros que en otras oportunidades molestamos al entrar a pueblos y ciudades; a los efectivos del orden y de la seguridad pública; agradecer el hecho de estar vivos y contribuir con nuestra responsabilidad a apretar filas y ayudarnos mutuamente ¡Sí, Dios nos invita a bajar un cambio! ”.