Esta noche, antes de las 21 horas, el cuartel de Bomberos Voluntarios se llenó de emoción y gratitud al rendir homenaje a un hombre que dejó una huella profunda en nuestra comunidad: Juan Zoppo. El sonido de la sirena no solo marcó una despedida, sino que resonó como un eco de agradecimiento por su incansable dedicación y amor hacia los demás.
En este encuentro, participaron bomberos de todas las generaciones, unidos por el respeto y la admiración hacia un hombre que personificó el verdadero espíritu de servicio. Compartieron historias, anécdotas y recuerdos, prometiendo transmitir su legado a quienes aún no lo conocieron, asegurando que el nombre de Juan siga vivo en cada rincón del cuartel.
Juan no solo fue un servidor comprometido; fue también un soñador con un propósito claro. Durante más de dos décadas, trabajó con pasión para hacer realidad su visión de un monumento que representara el valor y la entrega de los Bomberos Voluntarios de Adolfo Gonzales Chaves. Su iniciativa de recolectar llaves y objetos de bronce fue un llamado que movilizó a toda la comunidad. Vecinos, instituciones y comercios se sumaron con entusiasmo, entendiendo que ese monumento sería más que una obra de arte: sería un símbolo eterno de gratitud y respeto.
Sin embargo, cuando las piezas de bronce recolectadas no fueron suficientes para completar el monumento donde hoy se erige, la familia Zoppo, con la misma generosidad que caracterizó a Juan, asumió el desafío de completar la obra. Y así, el 2 de junio de 2023, Día del Bombero Voluntario, se inauguró esta estatua, cumpliendo el sueño de Juan y dejando un legado imborrable para futuras generaciones.
Hoy, la familia de los Bomberos Voluntarios y toda la comunidad despiden a Juan con el corazón lleno de gratitud. Su entrega, su calidez y su visión permanecen en cada vida que tocó y en cada historia que inspiró. Su memoria seguirá siendo un faro que ilumine el camino de quienes creen en la fuerza del trabajo desinteresado y el amor al prójimo.
Gracias, Juan, por enseñarnos que los sueños, cuando se comparten, se convierten en legados eternos.