42 (Adolfo R. Gorosito, 2019) – Leí en “Notiar” (septñ 2017) el artículo “Barro priimigenio”. de Omar López Mato (Médico, escritor e historiador). Alude a casos ocurridos a comienzos del siglo XIX en Buenos Ayres: – “El contrabando fue el origen y sustento de Buenos Aires, la única forma de sobrevivir ante las normativas ridículas de la metrópolis (España). Siempre que hay corrupción existen leyes draconianas, normas burocráticas, o exceso de las mismas. El contrabando virreinal prolongó los prerrogativas de la burguesía acaudalada. El padre de Manuel Belgrano fue procesado por contrabando, Cornelio Saavedra fue acusado de vender yerba mate sin pagar el impuesto correspondiente, Juan Larrea (asesor financiero de la Primera Junta) fue acusado y juzgado por contrabando y venta de armas al ejército. Cuando las tropas patriotas huyeron de Potosí, desaparecieron varias bolsas de plata, y nadie pudo explicar qué pasó. Rivadavia cobró jugosas comisiones por la explotación comercial de las minas de Famatina, y gran parte de nuestras guerras civiles fueron emergentes del sordo conflicto entre la aduana porteña y demás ciudades del interior”. Conocí a muchas personas virtuosas, bien intencionadas – agrega el Dr. López Mato – pero no santos. Sé de conversos y redimidos, cómo San Ignacio de Loyola y el mismo San Pablo, y es con ellos que se construyen las causas correctoras. Este es un esfuerzo cultural para detener la decadencia. Estamos al borde de un precipicio y se debe mantener el equilibrio para no caer. Debemos sincerarnos, poner el hombro De no ser así, caeremos al barro primigenio del que es difícil salir”.
