44 (Adolfo R. Gorosito, octubre 2020) – Desde el ambiente ruralista se repite que “los problemas del país no se arreglarán con medidas arbitrarias. Solamente saldrá a flote con el campo como parte activa”. Deseo comentar un artículo que escribí en 2002 en El Nuevo Heraldo sobre este tema: “Más del 50% de los recursos económicos del país surgen directa o indirectamente de la producción agropecuaria. La República Argentina es país agropecuario, y cuenta con un resorte industrial altamente calificado. Ya en 1963 sostenía desde El Heraldo que era un disparate continuar exportando reses y granos sin valor industrial agregado. Esta afirmación refleja la opinión de productores y dirigentes y los hechos demuestran que el planteo mantiene su vigencia. Mientras tanto diversas gestiones gubernamentales favorecieron la espectacular importación de materias alimenticias industrializadas. El comentario institucional y popular se condensa en afirmaciones como esta: – “Les mandamos harina y vuelve convertida en galletitas. Les mandamos carnes y vuelven convertidas en sustancias enlatadas. Les mandamos cueros y vuelven convertidos en zapatos y carteras”… Ciertos intereses se oponen para que la Argentina nunca despegue como factor industrial, mientras se informa que la exportación de productos agrarios equivale al 70% de los recursos económicos. Rebrota esta frase ruralista ya vigente en 2002: “De la tremenda debacle en la que se debate nuestro país podremos zafar con diversas medidas de corrección, pero fundamentalmente con el campo como ineludible aliado”.