77 (Adolfo R. Gorosito, enero 2023, nota 573) – Permítanme que copie versos de Héctor Gaglardi, poeta porteño que reflejaba con fidelidad la realidad de la vida allá por 1940, cuando se desarrollaba la Segunda Guerra que dejo el terrible saldo de aproximadamente 60 millones de muertos: -“… pero hay otros niños buenos / del otro lao de la tierra, / y por culpa de una guerra / no pasarán los camellos./ Ellos qué saben de guerra, / ellos quieren Reyes Magos. / Señor, yo aprendí a rezar / arrodillao con mi vieja. / Si nunca te fui con quejas / hoy me tenés que escuchar. / ¿Por què tienen que pagar tantos niños inocentes, / de que en el mundo haya gente / que sólo piensa en matar?. Tal vez se pregunte el lector a qué viene el tema en esta columna que, por lo general, insiste en temas optimistas tras descorrer el velo de nuesttas vidas. Porque desde febrero del 2022 se enfrentan Federación Rusia y Ucrania), y cumplidos diez meses de impiadosa lucha no se vislumbran posibilidades diplomáticas que se orienten hacia la paz. Ucrania soporta destrucción de ciudades, muerte de miles de soldados y de civiles. Estamos clamando por la Paz, único valor ético que puede oponerse a la destrucción de nuestro mundo. Las razones geográficas admiten que estamos lejos del escenario bélico, pero la tecnología confirma que en este mundo globalizado el peligro está más cerca de lo que podemos imaginar. Recordemos lo que escribió Gagliardi: “Ellos (los niños) qué saben de guerra. / Ellos en vez de regalo / tienen un miedo que aterra”. // GUERRA, verdad dramática de todos los tiempos.
