54 (Adolfo R. Gorosito, 2016) – Conocí a De la Garma en 1963, formando parte del personal ocupado en la construcción de la planta de silos para la Junta Nacional de Granos. En aquella oportunidad (hce 53 años) no tuve oportunidad de conocer a su gente. En 1964 ya era cronista en Diario El Heraldo, y en tal función concurrí a De la Garma. Me vinculé enseguida con los hermanos Héctor y Pedro Casco, quienes trabajaban en la Imprenta donde se editaba el periódico “Eco Garmense”, bajo la dirección de Carlos Ciancaglini. Dimos forma al intercambio de informaciones, mediante una columna en la que yo escribía sobre Gonzales Chaves, y al mismo tiempo era fluida la información sobre De la Garma y su zona que llegaba a la localidad cabecera. En mi tarea periodística para Radio Tres Arroyos (1969 a 2004) incrementé mis contactos con el sector oeste chavense, y creamos al programa semanal titulado “De la Garma y su actividades”. Otra circunstancia trascendente que me permitió conocer mejor al pueblo y sus instituciones la viví al cumplirse el centenario del último malón registrado en establecimiento “Jumave” en diciembre de 1874. Fui conociendo a la comunidad garmense, y logré numerosas amistades. Me interesó sobremanera la historia del lugar, escribí y publiqué artículos sobre ese tema, a tal punto que en 2012 tuve el honor de presentar a la Comisión del Centenario un relato que titulé “De la Garma hacia su centenario”, Dicha comisión distribuyó fotocopias de ese trabajo a establecimientos educacionales y Biblioteca Popular Dr. Victor H. Barrera”. Un capítulo de “De la Garma hacia su centenario” está dedicado a la histórica correspondencia que Alfredo Lastagaray (propulsor de la subdivisión de tierras en el ejido urbano en 1912) mantuvo con su padre radicado en España, tema que facilitó al señor Carlos Lastagaray (descendiente del co-fundador del pueblo) tomar contacto con la comisión de referencia, y concretar la construcción de una escultura alegórica en el acceso a la histórica estación ferroviaria ¡Cosas que pasan! Hoy hablo en primera persona porque me tengo cerca, como decía un viejo periodista, y porque deseo dedicar a los amigos garmenses este manojo de recuerdos gratos.
