20 Querido Juan, hoy queremos agradecerte desde lo más profundo de nuestro corazón por abrirle las puertas de tu hogar y de tu alma a nuestra querida Hongos. Tu decisión no solo cambia su vida, sino que también ilumina el camino para que otros se animen a dar ese paso lleno de amor y generosidad. Hongos pasó años esperando sentir lo que ahora tú le das: el calor de un hogar, el cariño de una familia y la seguridad de saber que nunca más estará sola. No es solo una adopción; es un acto de amor puro que nos enseña a todos que cada ser merece una segunda oportunidad. Hoy, con tu gesto, demuestras que la edad no es un límite, que el amor no tiene barreras y que, cuando se trata de salvar una vida, el corazón siempre encuentra espacio para uno más. Hongos, con su bondad infinita, devolverá este regalo de la manera más hermosa: con lealtad, ternura y esos pequeños gestos que llenan el alma. A quienes leen esto, les pedimos que miren más allá. En el refugio hay muchas “Hongos” esperando una familia. Ellos no necesitan lujos, solo amor. La adopción no solo transforma la vida del animal que llega a casa, sino que también transforma a quien adopta. Juan, gracias por ser un ejemplo. Gracias por mostrarnos que los milagros ocurren cuando abrimos nuestro corazón. Adoptar es salvar vidas. Cambiar vidas. Crear historias como la de Juan y Hongos.