12 (Adolfo R. Gorosito, 2017) – Escribió Claudio María Domínguez: “La RISA favorece la salud, alivia a quienes están afectados por alguna enfermedad, fortalece y protege al corazón de posibles infartos, distiende músculos tensos. Es importante técnica que eleva las defensas del sistema inmunológico. La llamada hormona de la felicidad es la que ayuda en el proceso de sanación natural y se llama endorfina. Gracias a varios procesos naturales y a la risa la producción de esta hormona aumenta, envía mensajes al cerebro y a otros protectores del cuerpo contra las bacterias y de virus que perjudican el funcionamiento del organismo. Esta hormona prepara lo para afrontar cualquier invasión perjudicial”. Tenemos a mano abundante material que induce a la risa sana, no a la mal intencionada. Una fórmula que me ha enseñado la vida es reírme de mí mismo ¡Y vaya si encuentro material abundante! La sonrisa hace mucho más grata la vida en sociedad. La sonrisa ilumina el encuentro con otras personas a las que apreciamos de verdad. Resulta fácilmente comprobable. La experiencia permite conocer otras facetas de este tema interesante, imprescindible para vivir mejor. Cierta vez me ocurrió algo raro. Un hombre a quien yo estimaba, aunque la relación no se acomodaba al concepto de Amistad, pasó en su vehículo y al saludarlo sonreí abiertamente. Dejó de saludarme y su actitud se prolongó durante dos años o poco más. En otro encuentro callejero le pregunté qué le ocurría respecto a mí, y respondió: – “Perdoname. Aquella vez yo estaba pasando un mal momento, me sentía molesto y desconfiado de todos, y tu sonrisa me hizo pensar que vos estabas en conocimiento de mi problema y lo interpreté como un gesto sobrador”. Tras esa aclaración sobrevino el apretón de manos, y también fue saludable.
