56 (Adolfo R. Gorosito, 2019 /argorosito@tenet.cc) – He leído esta frase:: “La luz de la verdad molesta mucho a los que se han acostumbrado a la oscuridad de la mentira”. Con frecuencia frases y sentencias pasan frente a nosotros, y se alejan sin dejar rastros. En el desfile permanente de conclusiones prácticas podemos encontrar algo útil y compartible. Si esa deducción o palabra que brilla –tal vez con la brevedad de un relámpago – pasa de la percepción a la antesala sentimental, procuro retenerla y aprovecharla para alguna oportunidad que afortunadamente siempre llega, como consecuencia del diario vivir. Algunos psicólogos señalan que el ser humano suele administrar la mentira según sus prejuicios. La vida no alcanza para saber cuánto hemos vivido a la sombra de mentiras propias o ajenas, no todas con igual intención ni con idéntica capacidad depredadora. Flotan en el ambiente humano otras mentiras que no admiten medias tintas sino que afectan a generaciones de culturas diferentes. He aquí la necesidad de preservarnos Me complazco en la frase viajera “La luz de la verdad molesta mucho a los que viven en la oscuridad de la mentira”. La ciencia puede explicarla intensa y extensamente, con autoridad de conocimiento y ética. Las mentiras germinan y escapan como el polen de las flores, pero sin la luz que la naturaleza aporta en ese glorioso instante vegetal.