¿QUÉ TAL, CHE? ¿TODO BIEN?

(Adolfo R. Gorosito, septiembre 2017) – Es una doble pregunta que por costumbre se ha vulgarizado como saludo espontáneo y cordial entre vecinos, una forma de entrar en diálogo o expresar buenos deseos.  Ese “todo bien” de la segunda pregunta seguramente se refiere al “mundo personal” del vecino o amigo a quien se saluda. Eso es  bueno, porque el lado gris de las cosas está a la vuelta de la esquina, siempre acechando.  Ese saludo contiene optimismo en plenitud, y seguramente tiene la mejor intención.  Pero en algunos casos se torna inoportuno, cuando el vecino o amigo llega al punto de encuentro mascullando por alguna situación enojosa en el círculo de sus relaciones. Entonces el efecto es muy diferente al buscado, provocando desconcierto o rechazo. En lo personal recibo el saludo “¿Qué tal? ¿Todo bien?” y suelo responder con otro interrogante: “¿A quién le va todo bien?. No es para enfriar el contacto sino por estar informado de los acontecimientos de nuestro país y más allá. Ese tipo de información no siempre  es  placentero.

Mientras caminaba por calles de nuestro pueblo repasaba detalles de las noticias que momentos antes había recibido vía TV. Más y más casos de mega-corrupción que se acumulan en tribunales de Comodoro Py; más casos de narcotráfico que derivan en la descomposición moral de nuestra sociedad: la inseguridad reflejada en delincuencia y criminalidad; casos de violencia en aumento, ataques grupales, enfrentamientos y daños a casas particulares, negocios y edificios emblemáticos; la cadena de controversias y reacciones ante el caso del pretendido “Estado Mapuche”.  De “más allá” informan sobre atentados  y otras atrocidades por intolerancia y fanatismo religioso; el duelo de amenazas con misiles nucleares de parte de Corea del Norte, desafiando a la interpretación filosófica de gobiernos capaces de alta decisión; la sucesión de huracanes en el hemisferio Norte, el letal terremoto en México… y alguien me saludó a la pasada: ¿Qué tal? ¿Todo bien? En mi pantalla mental apareció esta reflexión: “Todo es relativo, planeta Tierra  es menos que un garbanzo en la inmensidad del Cosmos, pero siento que es sagrado preserva la Vida, experiencia irrepetible”.”

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