0 Alberto R. Valdés, conocido en De la Garma como “Carocho”, firmó este miércoles en Capital Federal la documentación oficial que lo habilita a competir en las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre de 2025. Será candidato a diputado nacional por el Frente Patriota Federal, espacio que conduce Alberto Samid. En los próximos días se confirmará el lugar que ocupará en la lista, en un año en el que la Argentina renovará 127 bancas de diputados y 24 de senadores, como ocurre cada dos años. Valdés, hombre de campo y de raíces ligadas al justicialismo, siempre se mostró con vocación de servicio y con el deseo de “hacer algo por su pueblo”. Sin embargo, nunca tuvo la oportunidad de ocupar un espacio desde el cual demostrar qué podía aportar. La política, tantas veces reservada a unos pocos, le cerró puertas que hoy, por primera vez, parecen abrirse. Su candidatura no depende del puesto que finalmente ocupe ni de las chances concretas de llegar al Congreso. Lo trascendente es que un vecino de carne y hueso, sin aparato ni poder acumulado, haya sido convocado para representar. Un lugar que muchos hubiesen querido, y que él asumió sin dudar. En tiempos donde los partidos parecen pesar más que las personas, la figura de Valdés interpela: ¿qué lugar damos a las historias de vida, a los ciudadanos comunes que deciden dar un paso adelante? Tal vez allí esté la renovación que tanto se reclama. Más que en las estructuras, en las personas. Y el mensaje final es claro: cuando alguien que nunca tuvo oportunidad logra abrirse camino, la política debería dejar de preguntarse si ese vecino “tiene chances” y empezar a preguntarse si todavía tiene credibilidad ante la gente.