49 (Adolfo R. Gorosito, 2018) – En artículo de la periodista Malu Mikuchi PARA “Notiar.com” (21 de marzo) cita un párrafo del mensaje del Papa Juan Pablo II, en el ámbito de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (1987): “El trabajo estable y justamente remunerado posee, más que un subsidio, la posibilidad intrínseca de revertir el proceso circular que llamamos repetición de la pobreza y de la marginalidad. Esta posibilidad se concreta si el trabajador alcanza cierto grado mínimo de educación y capacitación laboral, y puede transmitirla a sus hijos. Aquí estamos tocando el punto neurálgico del problema: la Educación, llave maestra del futuro, camino de integración de los marginados, alma del dinamismo social, derecho y deber esencial de la persona humana”. – “Punto neurálgico del problema social que nos preocupa” – dijo Juan Pablo II. Es el mismo espíritu del proyecto oficial, tan discutido, titulado Educación Formal Obligatoria, que impone condiciones de aprendizaje, para que todos los niños y jóvenes alcancen una preparación acorde a los tiempos que corren, y el derecho inalienable a la Educación en igualdad de condiciones con el resto de la ciudadanía”. Se reemplazaría así el régimen de subsidios en vigencia, Merece estar en el centro de la discusión, porque sería triste que los niños y jóvenes de familias de menores recursos no alcancen por sí mismos el nivel de preparación ideal. Como merece ser discutida la clausura de escuelas rurales en las que se registra escaso número de alumnos. Deben ponerse en balanza los costos si son pocos alumnos en el aula, y los costos que provoca la centralización de escuelas rurales. Mientras concurra un niño a su escuela más cercana tiene derecho pleno a ser instruido.