80 (Adolfo R. Gorosito, 2023) – Leí una página de Luís Amiguet, periodista y escritor español, titulada “Aprender de viejos amigos”. Conclusiones prácticas inspiradas en un memorable reencuentro entre afectos, nostalgias y buen humor: “Al encontrarme con viejos con quienes compartí años de escuela o de universidad, aprendí algunas cosas: Ninguno de ellos ha logrado hacer lo que proyectaba, pero son más felices que los que están convencidos de que sí. Quienes tienen profesiones desde las que ayudan a los demás están satisfechos. Quienes ejercen profesiones creativas se sienten realizados, pero quisieran ganar más. Quienes ganan más quisieran hacer un trabajo más creativo. Las amigas que son madres han pagado un precio más satisfactorio en retribuciones, oportunidades y estado físico, que quienes son padres”. “Quienes tienen dinero viven mejor que los demás. A los 20 años nos quejábamos de poco sexo, a los 30 de poco dinero, a los 40 de poco tiempo y a los 50 nos quejamos de no poder dormir. Quienes están casados y contentos es porque siguen enamorados de las virtudes de sus parejas. Quienes han perdido a un ser querido y evocan los buenos momentos compartidos sufren menos que quienes se lamentan de lo que podían haber pasado y no lo hicieron. Lo más emocionante de nuestro encuentro es darnos cuenta que seguimos vivos y podamos abrazarnos”. dinero, a los 40 de poco tiempo y a los 50 nos quejamos de no poder dormir. Quienes están casados y contentos es porque siguen enamorados de las virtudes de sus parejas. Quienes han perdido a un ser querido y evocan los buenos momentos compartidos sufren menos que quienes se lamentan de lo que podían haber pasado y no lo hicieron. Lo más emocionante de nuestro encuentro es darnos cuenta que seguimos vivos y podamos abrazarnos”.