40 (Adolfo R. Gorosito, enero 2020) – La presente nota, siempre atendiendo al auto-desafío de promediar 25 líneas, corresponde al número de la serie. Desde la aplicación metafórica decimos “la puerta del 2020 quedó abierta”. Y nos referimos a la realidad que surge al trasponer el umbral entre el “año pasado” y el “año nuevo” a la hora cero del 1 de enero. ¡Ya pasó y a muchos les resulta difícil de creer, porque la “celeridad del tiempo” siempre nos sorprende. Son diferentes las expectativas de los jóvenes, que sin dudar abren la puerta del nuevo año ejerciendo pleno derecho a la confianza, y aprovechando el impulso de los llamados “años verdes”, hermosa primavera de la vida. La expectativa es muy diferente entre los adultos mayores, que comparten la dosis de curiosidad propia de la realidad temporaria, pero también nos asomamos con curiosidad a las transformaciones que la vida impone día a día, como inexorable examen. Los adultos mayores solemos comentar que a la mayoría de los jóvenes no les interesa la historia, porque para ellos “la historia” comienza en el presente a compartir, con todas las maravillas que la tecnología ofrece. Desde otro ángulo del comentario – como decimos – nos consideramos “intrusos del siglo XXI”, aunque sin intención fatalista ¿Cómo no sentirlo así, si en la tercera o cuarta década del siglo XX eran muchos los que creían que el mundo finalizaría en el 2000? Sin embargo la humanidad siguió estudiando, trabajando, planificando y construyendo, como para que la maravillosa tecnología del presente fuese una verdad incontrastable, y seguramente con más umbrales que trasponer, con más puertas de Tiempo que abrir ¿No les parece?…