37 (Adolfo R. Gorosito, 2017) – He leído datos biográficos de Clotilde Acosta Badalino, cuyo seudónimo es el basamento de su fama: “Nacha Guevara”, actriz, cantante, escritora, poeta, directora teatral, protagonista de una vida dedicada a la interpretación del sentimiento popular desde un plano tan calificado como es el Arte. Su belleza, resultado de disciplina personal en cuanto a alimentación y hábitos sanos, es admirable aún en el pináculo de sus 77 años de edad. Una aureola admirativa apoya su aspecto físico y claridad mental, que con absoluta naturalidad expone en cada actuación y entrevista periodística. No son necesarios muchos ejemplos para abonar lo que expreso. A poco de iniciarse el siglo XXI Nacha Guevara creyó en la participación en política como oportunidad de afianzar su rol social, pero prefirió el perfil personal y – sobre todo – sentirse libre de compromisos para proclamar sus opiniones. Su repertorio de canciones (como sus creaciones teatrales) demuestra las posibilidades que otorga el poder de la palabra como vehículo ideario. En un párrafo de su canción titulada “Con el odio acabaremos” aplica el sarcasmo como recurso de elocuencia y acertada admonición: “Con el odio acabaremos. Una bomba le pondremos. Cuatro tiros, seis granadas, diez misiles y un torpedo. La lengua le arrancaremos y los dientes venderemos”. Quien lee ese párrafo separadamente puede confundirse, creyendo en un contrasentido. Y precisamente el contrasentido que se constituye en absurdo genial logra una fuerza impulsora singular. Algo así como el viejo dicho “Pretender apagar un incendio con un balde de nafta”. Pero no resulta absurdo en su totalidad, si se informa que algunos líderes del mundo prometen preservar la paz aplicando su progreso en tecnología, eliminando al enemigo sin que nadie pueda medir las consecuencias. Cualquier parecido con la realidad política internacional y sus grandes intereses en juego, no es coincidencia ¿No le parece?… Entonces nos damos cuenta que esos discursos desbordantes de amenazas son muy parecidos a la intención de “extinguir el ODIO poniendo una bomba, cuatro tiros, seis granadas, diez misiles y un torpedo”.
