46 (Adolfo R. Gorosito. Octubre 2021 – Los Juegos Olímpicos Tokio 2020/2021 se desarrollaron en 19 días y culminaron el 8 de agosto, por lo que podemos decir que se trata de un acontecimiento ”reciente”. Pudimos apreciar por TV la magnífica ceremonia de clausura, cabal demostración de lo que puede el ser humano en favor de la paz, el entendimiento y la competencia leal, en deportes y en otros ámbitos de la vida de relación. El espectáculo que se brindó desde Tokio al momento de la clausura fue en sí mismo otro triunfo de capacidad técnica y estética, permitiendo la visualización de lo que fue y de lo que puede ser en lo futuro, en caso de que la Humanidad pudiese aplicar el mismo espíritu de inteligencia y voluntad que hace posible la llama olímpica. Ritmo, colores, música y rostros plenos de alegría recrearon esta ceremonia de despedida, nada menos que en el país que desde su historia demuestra que el triunfo puede asumirse – como imprescindible peldaño – en el mejoramiento de la especie humana, con voluntad de superación frente a la violencia y el odio en sus diversas expresiones. Desde el primer instante nos conmovió el espectáculo de despedida, que no solamente es una síntesis de lo cumplido al amparo de los cinco anillos entrelazados – símbolo de los Juegos Olímpicos abrazando a los cinco continentes – sino que mostró el camino hacia la edición del 2024 a realizarse en París. Formidable en su desarrollo, brillante como continuidad de los objetivos de competición y acercamiento