33 (Adolfo R. Gorosito, septimbre 2019) – En diversos temas soy reiterativo y lo reconozco. Creo que es lógico y necesario, aunque sea como remar contra la corriente o “echar al viento mis quejas”. Algunos amigos han observado mi tendencia y preguntado por qué escribo más de una vez sobre necesidad de conservar la fertilidad del suelo, promocionar de la forestación o alertar sobre los funestos resultados que provoca el cambio climático. No se trata de de caprichos literarios. Tampoco invento ni imagino hechos y realidades, sino que me asombro y angustio ante anuncios de consecuencias perniciosas contra nuestro mundo, debido a la contaminación en aire, tierra y mar. En el mes anterior he leído un informe sobre la desaparición de un glaciar en Islandia, país situado muy cerca del Polo Norte. Explica el informe que “Glaciar es la masa de hielo compacto que aumenta su volumen cada invierno más de lo que pierde en el verano, de manera tal que mantiene peso y volumen todo el año”. Alguno podrá preguntarse de qué manera puede influir entre nosotros la desaparición de un glaciar en el Polo Norte. El calentamiento global se comprueba por el derretimiento de los hielos en ambos polos, como ocurre ya en la región antártica. Ya estamos más cerca del problema. Otro perjuicio que proviene de ese fenómeno se observa en el rendimiento de los productos básicos alimenticios. Entonces repetimos “estamos más cerca”. Yo seguiré, mientras pueda, con esas reiteraciones, alertando sobre los factores de contaminación ambiental.