44 (Adolfo R. Gorosito. 2016) – Jorge Luis Borges dedicó a la muerte del doctor Francisco Narciso de Laprida (Presidente del Congreso General, Constituyente del 9 de julio de 1816 en Tucumán. “Una de sus composiciones más famosas es el “Poema conjetural”, de 1943. Allí, imagina los pensamientos que cruzaban por la cabeza del doctor Laprida, mientras huía en el intento infructuoso de salvar su vida. – “Yo que anhelé ser otro, ser un hombre / de sentencias, de libros, de dictámenes, / a cielo abierto yaceré entre ciénagas; / pero me endiosa el pecho inexplicable / un júbilo secreto. Al fin me encuentro / con mi destino sudamericano”… Es importante recordar que el Dr. Narciso de Laprida era unitario, y fue apresado por una vanguardia federal e inmediatamente ejecutado. Se dio otro caso digno del análisis profundo, y si fuese posible con acceso a alguna conclusión lógica y sensible como para que no se repitan (Pero sí se han repetido) tragedias como ésa, atribuibles a la intransigencia en el cotejo de ideas, o a intereses de época que podríamos comprender en aras de la dura experiencia en la política de ayer y después. El caso es que quien presidió el congreso fundacional de nuestro estado soberano murió de la peor forma, víctima del odio feroz, desmesurado, ese odio sin atenuantes que no da lugar a otras posibilidades de conciliación, aún entre actores nativo del suelo en cuestión. Mientras que desde la historia formal se reitera que los detalles de su muerte no fueron confirmados, se reciben dos versiones desde la tradición oral: Una: Que fue atropellado por los caballos de la misma partida federal que lo redujo. Otra: Que fue enterrado en posición de pie asomando solamente la cabeza a ras del suelo, y totalmente destruido por la caballada de la formación rival. Cualquiera de las versiones son denunciantes de un tiempo de odios fratricidas en el largo periodo de luchas entre federales y unitarios. El fragor de esa lucha interna no se apagaba siquiera ante figuras que en su momento cumplieron un rol basal en el proceso de argentinidad.
