41 (Adolfo R. Gorosito, 2018) – Recordarán que en los años de la Primaria no faltaban los “copiones”, aquellos chicos que para hacer los deberes se encontraban en apuros, y pedían al compañerito cercano que le prestara el cuaderno, a fin de “copiar” al menos parte del tema encomendado. Entonces aplicábamos el calificativo “copión”, más simple y elocuente. Somos muchos los “copiones” en el transcurso de la vida, y eso está bien o está mal de acuerdo al tema que nos ocupa (o preocupa) en determinado momento. Cada uno dispone da la oportunidad de la opción, que por lo general nos pone en evidencia, nos describe. Ser “copión” de textos en prosa o en verso que de alguna manera influyan en mi alma, me ayuda a transmitir ideas, como resultado de la observación y la comunión de sentimientos. Es positivo aprovechar el conocimiento o la experiencia de quienes actúan de acuerdo a parámetros ideales de estudio y creatividad. He releído un texto que Hamlet Lima Quintana (poeta argentino – 1923-2002) escribió y tituló “Gente”. Permítanme “copiarlo” en nuestro espacio de hoy y cerrar mi entrega, como muy oportuno obsequio al corazón de cada lector: – “Hay gente que con solo decir una palabra / enciende la ilusión y los rosales; / con solo sonreír desde los ojos / nos invita a viajar por otros mundos / y permite florecer todas las magias. // Hay gente que con solo dar la mano / rompe la soledad, pone la mesa, / sirve el puchero, coloca las guirnaldas; / que con solo empuñar una guitarra / te regala una sinfonía de entrecasa. // Hay gente que con solo abrir la boca / llega hasta los límites del alma, / alimenta una flor, inventa sueños, / hace cantar el vino en las tinajas / y se queda después… como si nada. // Y uno se va de novio con la Vida / desterrando una angustia solitaria, / pues sabe que a la vuelta de la esquina / hay gente que es así, tan necesaria”.
